Mediante una legendaria ilustración del artista estadounidense Normal Rockwell, este cartel subraya una realidad de los EE. UU. en la década de 1980: hablar de sexo era hablar de sida. El AAC esperaba que la imagen, con su capacidad de incomodar, alertara sobre la familiaridad, normalidad y necesidad de esa conversación para los padres blancos heterosexuales