Ricky Ray era el mayor de tres niños que tenían hemofilia y contrajeron sida al recibir transfusiones sanguíneas cuando eran bebés. En 1987, cuando los hermanos Ray, de 10, 9 y 8 años de edad, ganaron en un tribunal el derecho a asistir a la escuela, unos incendiarios destruyeron su casa en Florida. En 1992, a los 15 años de edad, Ricky falleció de complicaciones relacionadas con el sida. El segundo hermano, Robert, también murió por la misma causa a los 22 años. En 2013, el hermano menor, Randy, tenía 33 años y seguía vivo.