Los primeros años de la epidemia del sida se caracterizaron por un marcado incremento del número de diagnósticos, aunque proliferaba la información sobre su trasmisión, pruebas y prevención. En parte, esta disociación existía porque era difícil informar a la población. Significaba instar a las personas a superar sus miedos, luchar contra los estigmas y tomar decisiones saludables. AID Atlanta, organización formada en 1982 por un grupo de amigos tan preocupados que decidieron entrar en acción, empezó con carteles sencillos para difundir información sobre recursos, como la línea nacional de emergencia del sida.