Antes de que se dispusiera de exámenes, las personas con sida generalmente tenían que presentar síntomas de otra infección, como el sarcoma de Kaposi o neumonía, para conocer su estado y, en muchos casos, morir poco después. Los exámenes de VIH permitieron comenzar con el tratamiento mucho antes y con más éxito, pero solo si se hacían el examen antes de que aparecieran los síntomas.